Ésta es más dura y de mayor tamaño que la ostra plana.
Lo habitual es consumirlas al natural, pero cada vez hay más adeptos a recurrir a su elaboración en ceviche, marinadas o rebozadas.
Ostra rizada
La ostra rizada, de nombre científico Crassostrea gigas y también conocida como ostrón no es una ostra autóctona de Galicia, la ostra rizada es originaria del Pacífico, pero desde hace más de 4 décadas se cultiva en bateas en las costas gallegas.
Tienen una concha muy rugosa con tonalidades que van desde el color gris al pardo o verdoso. Por dentro son completamente nacaradas, son más grandes que la ostra plana y las valvas son cóncavas.
La carne de la ostra rizada es algo más dura y menos delicada que la de la ostra plana, aunque también es un bocado delicioso, es muy carnosa y con un sabor yodado y potente. La ventaja de esta ostra frente a la ostra plana es que se mantiene más tiempo en buenas condiciones, además al ser más abundante su precio, por norma general, es algo menor.
La ostra rizada es un bocado exquisito si se consume fresca y viva, aunque también se presta a ser el ingrediente principal de distintas elaboraciones. De hecho, cocinar las ostras no es nada nuevo. Como dato curioso, el 14 de abril de 1912, fecha en la que se hundió el R.M.S. Titanic, uno de los entrantes incluidos en el menú de aquella última cena para los pasajeros de primera clase eran ostras gratinadas con velouté de cava y salsa holandesa.
Cómo abrir las ostras rizadas
Ya sabemos que abrir ostras no siempre es una tarea fácil y a algunos se les resisten un poco. Pero, como pasa con casi todo, con la práctica se consigue tener habilidad. Lo primero que necesitas para poder abrir las ostras con facilidad es un cuchillo para ostras. Es cierto que también se pueden abrir con un un cuchillo corto, pero si no tenemos práctica resulta algo más peligroso. Dicho esto te contamos cómo se abren las ostras de la mejor forma.
Lo primero es sujetar la ostra con un trapo para proteger la mano. La ostra la colocaremos con su lado más plano hacia arriba y la bisagra apuntando hacia afuera. Después introduciremos poco a poco la punta del cuchillo en un lado de la bisagra e iremos haciendo presión y girándolo un poco para abrirnos camino y cortar el músculo abductor. Después iremos desplazando el cuchillo por todo el borde de la concha para separarla completamente. Ya solo te queda disfrutarlas ¡Buen provecho!